La mayoría de jugadores castigados por dopaje de la FIFA en los últimos dos años se debió a la presencia de derivados de la testosterona, un componente prohibido por el ente rector del fútbol a nivel mundial debido a que incrementa el rendimiento físico y la masa muscular, con el cual el jugador padece menos de fatiga.
Los derivados de testosterona más encontrados en los jugadores sometidos a pruebas de dopaje son clostebol y exógena de testosterona que está presente en “suplementos”, medicina para la osteosporosis y ungüentos.
Los casos más recientes son Paul Pogba, jugador de Francia; Wisdom Niayitey Quaye July, de Honduras, Erick Alejandro Rivera, de El Salvador; Orlando Moisés Galo Calderón, de Costa Rica.
Las penas impuestas a estos jugadores por la FIFA oscilan entre los 2 y 4 años que los inhabilita a jugar fútbol a nivel profesional.